martes, 3 de noviembre de 2009

HA MUERTO ALDA Y ME SUMO AL CORTEJO DE SUS DEUDOS CON UNA ENORME FLOR ROJA QUE DEPOSITARÉ ENTRE SUS SENOS

Estoy tan triste y alegre como sólo se puede estar cuando muere una hermana mayor: ha muerto Alda Merini... Alda, mi querida, que la paz de la no locura llegue a ti. Estoy alegre porque por fin puedo bailar contigo, abrazadas, tan abrazadas que la carne desaparece. Te veo en la portada del Times y me estremece la visión de tu desnudez completa, de tu arraigar el alma fuera del cuerpo. Mi querida Alda, si lloro es por que quién nos va a alumbrar ahora con esa luz de la mal llamada locura en este mundo de los hombres que cada vez es más triste. Alda, nos dejas más desamparados en este sitio donde todo se compra y todo se vende. Donde la palabra poco importa y te enloquecen para fingir que cuanto dices no es visionario ni diferente, que los Poetas no son ángeles en el Universo, ángeles que Dios, la Divinidad, Buda, los Orishas, o la Virgen de Guadalupe protegen bajo sus poderosísimas alas que hacen batir para despertar al ser que vive en los círculos profundísimos del infierno de Dante. Lloro por no haber podido abrazar todas tus carnes y reírme contigo simplemente por comprobar que existimos. Hoy te velo como la locura te velaba, mañana tu cuerpo irá a la bendita Tierra que tanto hemos saqueado y perpetrado. Tengo hermosos amigos y amigas amadísimos que ahora seguirán siendo luz en el camino pero cada que un "ángel terrible" como tú parte, el centro del universo tiembla y me estremece el pensar si seguirán naciendo seres como tú, siempre son pocos los Poetas que sostienen el corazón del universo. Quizá sólo por seres como tú el mundo no se acaba. Pero si se reducen las manos y las espaldas, quién sostendrá esta civilización enloquecida y asesina. Tu muerte fue en el día de los muertos niños, no podía ser de otra forma. El Poeta siempre es un niño, La Poeta también, una niña que busca bajo los pantalones y las faldas de la Tierra, el Cielo, el Aire y el Mar, en el reflejo de los astros, lo que nadie quiere ver ni cantar ni soñar ni ensoñar ni patear ni nada. Vidas cómodas acostumbradas al tráfago del trabajo, al ir y venir incandescente de los horarios presupuestados, de los televisores, del conectarse y la filantropía si acaso para sentir que hicieron algo por los demás... "que pelearon por los hombres, que le arrojaron en su momento su mendrugo de pan". Si lloro es por las puras ganas de mojarte el cuerpo muerto con mis lágrimas, de lavarlo, de emborracharme con tus palabras y con un poco de pan de muerto que aquí me lo trago como si fueran mis costillas. Hay que tragarse a veces al mundo y otras veces ni tocarlo. Hoy lo devoro como si fuera el último día sobre la Tierra. Mi queridísimo Ory en uno de sus diarios cuenta que cuando supo que murió André Bretón tuvo que sostenerse contra una pared. Yo me recargo en lágrimas, me sostengo en el hilo del alcohol que ahora transita por mis venas, el Licor de Infierno Verde. Para tragarme al mundo que te encerró en un manicomio. Para no tragarme las pastillas que día a día te dieron en ese, tu mal llamado Primer Mundo... pero tú nunca fuiste sólo de allí, eres de todos los mundos, y ahora aquí estás, recorriendo con toda tu gentileza, los cuartuchos, las casas, las mansiones, los departamentos, los áticos, las calles y las plazas donde estamos todos los que te lloramos. Entre tus generosos pechos de donde brota la Poesía y la leche con la que amamantaste a todos tus hijos, te dejo una hermosa flor roja para que te ilumine el camino poderoso por donde transitarás siempre: el de la Palabra. Nos saludas a Dante y a Beatriz que andarán persiguiéndose todavía... ja,ja...
I poeti lavorano di notte
I poetti lavorano di notte
quando il tempo non urge su di loro
quando tace il rumore della folla
e termina il linciaggio delle ore.
I poeti lavorano nel buio
come falchi notturni od usignoli
dal dolcissimo canto.
E TEMONO DI OFENDERE IDDIO.
Ma i poeti, nel loro silenzio
fanno ben più rumore
di una dorata cupola di stelle.
Hoy no ofendes a Dios mi querida Alda porque estará corriendo, precipitado, ordenando todo, para besarte. Para agradecer que tuviste el valor de cumplir con lo encomendado, para coronarte. Alda, Dios te siga bendiciendo y en esa bendición nos escuche y siga llenando y vaciando con su Luz. Bendito el camino de los Poetas que transitan el infierno y los delirios del hombre y sin embargo nos siguen embriagando, nos siguen alumbrando. Te dejo un poema que soñaba entregar en tus manos, quería ir a Italia, para conocerte, pero ahora te conozco sin huesos, mi hermosa Alda:
Alda, Artaud, Hölderlin y Cuesta
Ay Alda
Ay Artaud
Ay Hölderlin
Ay Cuesta
Dios no me concedió
la locura
Dios no me otorgó
el don de perderme
sino de mantener
enhiesto el dolor
enllagarme al lamer
las heridas inflingidas.
Me concedió, grata gracia
permanecer en mí
mientras la sangre
mientras la risa
mientras las dignidades
retozaban.
Me concedió ser Faro
ser Torre
SER
sin romperme.
Dios me concedió
la vida
y en su concederme
no advirtió
que me la quitaba.
Hablan de un sangriento
Dios que no es el mío
hablan de un Dios atroz
que no conozco.
Sé de un Dios tan entero
y libre
tan Mausoleo engarzado
como Ceiba, como Tule
que ninguna Tierra
le mueve.
Que ni millones
de cadáveres destazados
flotando entre agua
de nubes
le harían llorar.
Y a mí ahora
frente a Él
me concede el deber
de ser como Él.
Mírame Alda
con mi asombro
que se ha Sombra.
Así que entre risas, te despido. Hermana Mayor Alda, dile a Dios que yo también cumpliré con lo encomendado.

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