miércoles, 29 de septiembre de 2010

Ronda de Muertos: San Cristóbal, Las Casas, Tierra Mixe, Pueblos Ind...

Ronda de Muertos: San Cristóbal, Las Casas, Tierra Mixe, Pueblos Ind...: " Antes de la llegada de los conquistadores españoles, el actual valle de San Cristóbal era conocido como Hueyzacatlán que en náhuatl signifi..."

San Cristóbal, Las Casas, Tierra Mixe, Pueblos Indígenas, Zapatistas, Sylvia Plath, las palabras, mi vida, los caminos, y todas las digresiones posibles e imposibles

 Antes de la llegada de los conquistadores españoles, el actual valle de San Cristóbal era conocido como Hueyzacatlán que en náhuatl significa “junto al zacate grande”. El 31 de marzo de 1528, el conquistador español Diego de Mazariegos fundó en dicho valle la Villa Real de Chiapas; el 21 de junio de 1529, a petición de Juan Enríquez de Guzmán, se le cambió la denominación por la de Villa Viciosa; el 11 de septiembre de 1531, por acuerdo de Cabildo, se le cambió el nombre por el de Villa de San Cristóbal de los Llanos; el 7 de julio de 1536, se le cambió el nombre por el de Ciudad Real; el 27 de julio de 1829, se le modificó la denominación por la de Ciudad de San Cristóbal. El 31 de mayo de 1848, se le agregó el apellido Las Casas, quedando como San Cristóbal de Las Casas; el 9 de agosto de 1892, se trasladó de allí definitivamente la capital del estado a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez; el 13 de febrero de 1934, se le modificó el nombre de San Cristóbal de Las Casas por Ciudad Las Casas; el 4 de noviembre de 1943 se le restituyó su nombre anterior, quedando desde entonces como San Cristóbal de Las Casas, en honor a fray Bartolomé de Las Casas, protector de los indios. 
Por causas extrañas y bien fundadas he venido a parar de nuevo a esta ciudad. He recorrido sus calles mientras el agua me cubría de pies a cabeza, de cabeza a pies o de orillas a orillas y de años a  segundos. He recogido los murmullos de mis días sobre la piel de estas construcciones, adoquines y silencios. Recuerdo la primera vez que llegué para irme a territorio zapatista, donde conocí al Sup, a Tacho, a milicianos y familiares en lo que era La Realidad. Llegué animadísima porque por fin sabía lo que era "La Realidad". Combatí con ferocidad por estos sueños que no eran sueños sino simplemente: realidades. Al año siguiente regresé con gente de la huelga de la UNAM. Algunos de mis amig@s ya habían estado presos a raíz de la huelga. Los muros de mi país ya no eran los mismos. Mi propósito era suicidarme, me propusieron matrimonio y como yo pensaba matarme, pues era otra forma de hacerlo. Lo dije, en juego, y me reí mucho. Pero al final terminó siendo verdad. Me casé con un revolucionario pa cambiar al mundo y no sólo no lo cambié sino que casi se me iba, ahora sí, la vida en ello. Nunca he entendido a los hombres de izquierdas (muchos) que golpean a sus mujeres. Creí que nunca me sucedería, pero me sucedió. En fin, soy una estadística más. El hecho de haber sido violentada logró que me enamorara de la vida. Así que algo de bueno tuvo ese matrimonio, esos golpes y esa violencia. Además ya viví mi Praga comunista. Ahora descubro que también era una formación marxista la que seguía, no era un matrimonio normal. Bueno, sería difícil que algo en mí aconteciera normal. Pero seguí preceptos, quería ser "una buena revolucionaria". Fui también su perro de caza. Azuzada por sus corajes y sus odios me lanzaba con sus palabras contra todo aquell@ que se moviera de una forma diferente a la que él planteaba. Entonces yo, buena alumna, combatía contra los molinos de viento... pero con un enojo que no era digno de ningún Quijote. Me quedé a vivir años aquí. Vine por un fin de semana o para suicidarme y me quedé a vivir. Realmente la ciudad me trató muy bien, me abrieron sus puertas y corazones muchos seres maravillosos con los cuales aún deseo seguir compartiendo la vida. La  revolución se convirtió en la sobrevivencia del día a día. Poco a poco fueron despellejando al movimiento zapatista, revistiéndolo con colores y formas que no le pertenecen. Al país no le importaban y a la población le gustaba seguir engañándose. Digo le gustaba porque ya no le gusta, más bien ya no les queda de otra. Basta con ver periódicos y noticieros con tanta muerte y pelea entre el narco para darse cuenta que su país de pastel de quince años ya no existe. Me pregunto: si más gente hubiera participado en el movimiento zapatista, en la huelga, hubiera peleado por la situación que se vivía en este país... ¿algo hubiera cambiado? ¿estaríamos hablando de otras realidades? y camino por estas calles que están llenas de personas de otros países, de mujeres y hombres indígenas con su ropa tradicional, con su idioma original, gente de diversos sitios del país. Hay quienes dicen el movimiento zapatista ya murió pero mientras los pueblos indígenas no sean plenamente reconocidos el movimiento sigue vivo. Continúo caminando. Me hubiera gustado estar rota, rota de verdad, para no seguir creyendo ni reconstruyéndome. Pero no. No se puede romper algo que está hecho con un material flexible. Descubro que simplemente me estiré. Ni siquiera de más porque todavía tengo margen para regresar a mí sin perder un centímetro de piel. Ahora entiendo a quienes prefieren no moverse, no sacudirse. Ahora entiendo por qué en su momento no elevaron sus voces en este país. Es difícil cambiar tu vida, agarrar caminos, veredas, aviones, autobuses, camiones de redilas pa conocer el mundo y que nadie te lo cuente. Es más fácil leer el periódico los libros y ver películas que andar viviendo las noticias andar mirando los ojos de los que nunca son escuchados, observarte al espejo y reconocer cada poro de tu piel. No sentirte ajeno en tu cuerpo. Me descubro, no sé si feliz, pero no estoy ni avergonzada ni arrepentida por nada de lo que he vivido hasta ahora. Soy demasiado abierta, por eso a cada momento me comparo con esas imágenes Goyescas. Con un cuerpo de un animal recién asesinado y colgando de esos ganchos pa ser consumido en alguna mesa. De pronto me parece no hay nada que ocultar, todo se puede hablar, contar, decir, y  luego vienen las lecciones, el tener que ser discreta, el no andar contándolo todo. Esa costumbre de dejarse al descubierto, ser una especie de rana de laboratorio a explorar. En este momento recuerdo lo que en alguna ocasión reclamó la hija de Sylvia Plath... que los que estaban estudiando la obra y  vida de su madre la diseccionaban de una manera terrible. Pero la misma Sylvia dijo de ella, de su hija, en un poema, algo así como que no podía creer que ese animalito que estaba revolcándose en el suelo, fuera su hija. Hay tantas digresiones como hojas de diferentes colores tiene un solo árbol. A veces no entiendo a los escritores y sus formas para encerrar a las palabras. A mí siempre me han llegado como en un asalto a la tribuna del senado o muy aguerridas intentando hablarlo todo y todas al mismo tiempo. A veces las formo, como ahora, para decir lo que pretenden contar, pero luego se me salen, como en una fila de escuela donde todas son indisciplinadas y no cantan el himno ni se llevan la mano al pecho en un gesto patriotero y hacen que se subleve toda la escuela y la corporación de policías. Qué tiene que ver qué con qué o quién con qué. Como hoy en la televisión, en los noticieros. Cientos de personas sepultadas bajo un cerro que se desgajó. ¿Qué carajos tenían que estar haciendo esas personas viviendo bajo esas condiciones? pero ahora el culpable es el pobre de Mateo que sólo es un huracán enloquecido recorriendo esta patria. Y de nuevo: poblaciones indígenas en condiciones peligrosas. Y de nuevo mi recuerdo al llegar a Chiapas. Recuerdo que me sentía como una especie de científica loca intentando revisar, percibir, qué era lo que tenían de diferente las personas indígenas, hasta que llegué a la feliz conclusión de que nada, que eran tan iguales y tan diferentes a cualquier otra persona que hubiera conocido desde niña. Pero entonces todo fue peor. Porque me resultaba punto más que imposible vivir en un mundo en donde la gente se creía diferente sólo por el color de su piel o por la zona o país o pueblo donde habían nacido, y además se creían superiores o inferiores sólo por eso. Todavía no entiendo esto, he de confesarlo, pero como me di cuenta que, aunque la mayoría lo considere así, no sólo son seres humanos quienes pueblan al mundo, pues decidí andar abrazando a los árboles por cada esquina de cualquier sitio en donde ando, acariciar sus hojas como si fueran bracitos de un niño recién nacido o  acariciar sus troncos, su corteza, como si fueran las arrugas de una vieja o viejo fenomenal que ha decidido dejar transitar la vida hasta que esta se canse de respirar por su cuerpo. Mirar todos los atardeceres las noches madrugadas y contemplar los ríos pavorosos que se desbordan o que tranquilos y quietos nos miran sin que nos demos cuenta. Y cada animal o cada construcción o cada montaña o imaginarme que estoy flotando, que me elevo sobre las luchas, las peleas, los inferiores los superiores y todos sus códigos y constituciones y todo aquello que basándose en no sé qué locuras que un día se les detonaron inventaron las matemáticas y las ciencias y las palabras que parece esas sí, le nacieron al  primer día que se construyó el universo... si es que el universo se construyó algún día o sólo un buen día se inventó todo para decirnos que algo existía y luego las palabras se incorporaron a través del habla con los años a los cuerpos y luego vino la incomunicación porque las palabras resolvieron que no había nada que comunicar a cerebros tan crasos tan vacíos y tan lentos. Y decidieron estallar en cenizas hasta irse algo más allá que el Sol. Por eso, cuando uno una intenta describir lo que siente, lo que piensa, lo que vivió, se da cuenta que tiene la inmanente necesidad de mentir puesto que nada de lo que verdaderamente se vive tiene explicación y menos a través de las palabras y sus amotinamientos cotidianos. En el inicio de mi lengua nacen letras como poros de la piel. Son tantas y me extraña tanto puesto que aparentemente son poquitas puesto que  el abecedario es tan corto. A veces se me aparecen como si fueran esa niña que Sylvia no entendía que fuera su hija revolcándose en el suelo. 
 Ahora las palabras se lanzan como proyectiles como cohetes como recuerdos como brizna como neblina anegándolo todo y recordándome que soy tan poco importante comparada con todos esos cuerpos que en este momento yacen bajo el lodo. Tengo un poemario que estoy escribiendo desde hace años y no he podido terminar que se llama Canto del lodo. De nuevo las palabras recordándome, recriminándome el trabajo. También me dicen que mis manitas garras de ebanistería amasijando las palabras no son sino punto menos que inútiles para arrastrarse con todas sus uñas bajo la tierra para sacar los cuerpecitos pequeños los grandes corpachones las muecas y los dolores de esos seres de esta patria que no entiendo por qué carajos tienen que vivir en esas condiciones tan infames tan dolosa y dolorosamente olvidados como en aquella película de Luis Buñuel de Los olvidados pero no en zonas urbanas sino en zonas indígenas como en este caso en la zona Mixe. Y entonces todos mis pasos y recorridos y murmullos se convierten de nuevo en una pregunta que no puedo responder y mejor me quedo mirando a la tierra, escuchando al agua caer, arrojarse apresurada sobre el asfalto sobre los techos de la casa donde ahora estoy protegida guarecida donde ahora me miro como miraba La gaviota las casas, bueno, Nina, o Chéjov, o Turguéniev, por mejor decir. "Qué bien se está aquí. Qué ambiente acogedor. ¿Oye usted el murmullo del viento? Turguéniev dice en una de sus obras: ¡Qué bienestar el del que, en noches inclementes, se encuentra bajo un techo! ¡El del que tiene un cálido rincón! ¡Y que Dios protega a todos los caminantes a quienes falte un cobijo!" y a todos esos caminantes que no caminaban, ahora los protege el lodo, en tierra Mixe... ese lugar donde las bandas de viento tocan, donde las voces y el canto se materializan a través de los instrumentos. 
Que Dios los protega de esta patria y sus autoridades, y que los protega también de la mayoría de  la población de este país que estúpidamente continúa siendo racista contra todo lo indígena. Más protegidos que sepultados no pueden estar. Sólo pienso en el frío que les debe dar. En este frío que te cala todo, hasta el cuerpo que no tienes. Y volviendo a Nina, y la Gaviota, decidí no ser la Gaviota que un hombre mató por hacer algo. Y todas las palabras ahora languidecen, como en esas conversaciones que siempre recuerdo, nítidas, en Grecia, de algún libro que leí y del cual no puedo cumplir con el requisito de citar la fuente puesto que no la recuerdo. Cuando todos se dormían en las bancas, en sus casas, después de grandes e inútiles conversaciones que ahora, algunas, son cibernéticas. Pero que cargan el alma como si fuera un teléfono celular que se ha quedado sin batería y que se conecta para volver a estar listo para recibir llamadas mensajes y silencios. Ahora recogo de nuevo mi alma, la descargo la desconecto para mirar la lluvia en su estrépito e imaginar ahora qué ciudades o pueblos estará arrasando con su gloriosa caída. Y prepararme para seguir caminando esta tierra chiapaneca, esta ciudad del santo protector de los viajeros, San Cristóbal, y del santo Bartolomé de las Casas, porque sólo un santo puede querer comprobar que los seres humanos tienen alma porque se ríen. Y me preparo pa salir con la sonrisa bien puesta a saludar y re conocer a tantos seres maravillosos que conozco por estas tierras.Y, claro, pa saludar a cuanto árbol se me ponga enfrente.


viernes, 10 de septiembre de 2010

Hemos dejado de ser el Patio Trasero para convertirnos en la Morgue


Nuestros pueblos siguen siendo
asesinados, martirizados
por mano propia o aparentemente ajena
—Ninguna mano sobre la Tierra es ajena a otra, NINGUNA—
el hambre no da para más.


"Nuestros países nos niegan oportunidades de desarrollo, pero México nos niega la oportunidad de existir"
Ciudadano Centroamericano.


El 25 de agosto de este año, la noticia de la masacre de los 72 inmigrantes CentroAmericanos en San Fernando, Tamaulipas, estremeció a la opinión internacional. El justo rechazo de diversos colectivos, grupos y países, a que se sigan llevando a cabo este tipo de acciones criminales, estas matanzas,  nos confina a una isla. Por un lado NorteAmérica  y por el otro CentroAmérica. Nos han dejado solos despojados de cualquier empatía. En diversos medios extranjeros se comenta que en México se vive una aterradora ola de violencia. Aquí no se comenta. Se pretende surfear entre este mar de sangre. Pareciera que la premisa es convertir a este país en un lugar despreciable. Nos están convirtiendo en un país que no merece ser apoyado. Se dice que si América del Sur se uniera sería la cuarta economía del mundo. ¿Estaremos realmente ante una perversa y maquiavélica propuesta para dejar solo a México y crear una especie de abismo, un territorio de nadie, con la finalidad de no permitir el crecimiento de los países LatinoAmericanos? La política que durante años vino desarrollando México, la costumbre del asilo político, en unos cuantos años se fue a las alcantarillas. Han sepultado la imagen de un México alegre con tequila en mano. Lo han convertido en uno de los países más violentos y que más miedo provoca visitar. Hemos dejado de ser el Patio Trasero para convertirnos en la Morgue. La población de este país oscila entre la indignación, el coraje, la depresión y el espanto. Somos un pueblo secuestrado por la corrupción y la ambición de sus gobernantes y empresarios. A pesar de todo esto, aún existe en este país una población sensible e inteligente que tiene que aprehender a vivir inmersa en una sociedad violenta y vilipendiada. Cuánta inequidad debe existir en un país para que las estadísticas nos digan que en el 2011 serán 25.5 millones de pobres los que no podrán comprar ni comida. Y al mismo tiempo, algunos mexicanos, están considerados como los hombres más ricos del mundo. Acompaño a mi pueblo en estos tiempos dolosos y dolorosos. El mundo se ha quedado sin México. Y los Mexicanos nos hemos quedado sin Matria, sin Patria, y además, avergonzados.

Tanya Cosío
Septiembre, 2010
200 años del inicio de la Independencia
100 años de la Revolución Mexicana
Celebración del Bicentenario

P.D. Bueno… con la noticia de ayer en el periódico La Jornada, tal parece no es tan descabellado pensar que se trata de una acción maquiavélica orquestada por los “Vecinos”.

jueves, 9 de septiembre de 2010

"COMPAÑÍA NACIONAL DE TEATRO" O "COMPAÑÍA DE TEATRO: FAMILIA DE TAVIRA"


Luis de Tavira. (Ciudad de México, 1948) es poeta, director teatral, dramaturgo y director de escena desde 1970.

Es lógico que en un país donde la corrupción es cuenta corriente, las instituciones culturales no tenían por qué salvarse. Y en consecuencia, tampoco los que se dedican al arte. Un amigo muy querido, artista visual, multidisciplinario, David Zepeda Armengol, me comenta al respecto: "Ese caracter burgués del arte en México en gran parte sostenido con recursos públicos. La burguesía  vividora de los logros históricos de las instituciones públicas. El nido perfecto. Así cómo se puede pensar en una revolución estética". Y es verdad. Debido a  las incorrectas políticas culturales que perviven en México, los creadores y artistas, en general,  vivimos como la mayoría de la población: intentando allegarnos de los recursos necesarios para poder vivir y además continuar creando, generando nuestros proyectos. Mientras las instituciones dedican cantidades estratosféricas a una minoría. Es por eso doblemente vergonzoso lo que hace de Tavira con la Compañía Nacional de Teatro. Puedo entender que su familia no tenga trabajo en un país como este y además se dedique al teatro. Pero por lo menos los hubiera  turnado. Le ganó la voracidad, la corrupción, el nepotismo, la ignominia, que es caldo de cultivo en nuestro país. Lamentablemente muchos de los artistas  o creadores, cuando inician su carrera, pelean en contra de esta impunidad. Debido al peso y al magnetismo del aparato político que gobierna a este país, terminan engrosando las filas ya sea de la burocracia cultural y artística o de la corrupción inata. Esperemos esta denuncia no se quede sólo en eso.

Volutas de aire

Elevo la voz
busco
un sitio dónde asirme
una soga blanca
transparente
para colgarme.
Desde allí
contemplar
al mundo.

sábado, 4 de septiembre de 2010

OTRO CREDO EN EL QUE CREO: CHRISTOPH SCHLINGENSIEF

 
Creo en Christoph Schlingensief como si fuera el Credo que alguna vez rezamos ambos. Ya que crecimos bajo una rigurosa educación católica. Su reciente muerte este 21 de agosto no es un vacío lo que nos deja sino un gran trabajo para llevar a cabo. Según Borges "las casualidades no existen". Christoph eligió desaparecer corporalmente un día 21. Un 21 de marzo de 1960 sucedió la tragedia racista de la ciudad de Sharpeville, en Sudáfrica. Ese día se reunieron 20000 personas para protestar sin violencia contra el apartheid. Y esta manifestación pacífica obtuvo la  respuesta violenta de la policía que disparó contra los manifestantes. El resultado: 69 personas muertas y 186 heridas, de las cuales, muchas eran mujeres y niños. A este suceso se le conoce como la Masacre de Sharpeville. Es en memoria de estas víctimas que cada 21 de marzo se recuerda la lucha que se debe librar contra la intolerancia racista y la violencia. ¿Por qué citar África al hablar de Schlingensief? porque uno de sus más importantes trascendentales y últimos proyectos tiene que ver con ella. El pasado 8 de febrero de este año colocó la primera piedra de un complejo operístico en las afueras de Uagadugu, la capital de  Burkina Faso. El arquitecto Francis Kere, de Burkina Faso, que reside en Berlín, es el encargado de llevar a cabo esta maravillosa empresa. El complejo artístico comprende además del auditorio, residencia para artistas, albergue-hotel, dispensario de salud y escuela de música y teatro para 500 alumnos. Las clases estaban previstas para iniciar el próximo mes de octubre. Esperemos que la ausencia corporal de Schlingensief no lo impida.

A un hombre como él, era necesario etiquetarlo como "Provocador". Con la finalidad de demeritar todo aquello que hiciera o dijera. El mismo decía: "en Alemania mi persona está rodeada de prejuicios. Cuando voy a algún sitio, creen que rompo las mesas a puñetazos o que incito a matar políticos".

En 1997 Schlingensief fue arrestado durante la exposición Documenta X de Kassel después de que en uno de sus escenarios usara un cartel en el que se leía "mata a Helmut Kohl" .

"No tengo nada contra los negros, contra los extranjeros, no soy racista, ni nazi. Tengo el mismo problema que todos nosotros en Europa. Vivimos a costa del Tercer Mundo, éste es nuestro mayor problema y tiene que ser tematizado".

Declaraciones como esta pueden poner a temblar a cualquier País del Primer Mundo. Ninguno de estos países está dispuesto a tematizarlo. Ni a reconocer aquello de lo que nos habló desde hace tiempo Frantz Fanon, en "Los condenados de la tierra" donde hacía un llamado urgente: Y ha llegado el momento de denunciar el fariseísmo de algunos. La reivindicación nacional, se dice aquí y allá, es una fase que la humanidad ha superado. Ha llegado la hora de los grandes conjuntos y los anticuados del nacionalismo deben corregir, en consecuencia, sus errores.

Un hombre como Christoph Schlingensief evidentemente lleva a las cúpulas del poder a acosarlo duramente. Un intelectual, un artista que denuncia con su vida, con su obra, con su grito, con sus puños, la falta de humanidad en una población que se dice "Civilizada". En un mundo que cree que ya lo sabe todo. Llega un humano y le hace muecas como las que él hizo acompañado de otra mujer maravillosa, Elfriede Jelineke, que continúa viva y la cual declara al hablar sobre la muerte de su gran amigo: "uno de los más grandes artistas que vivió jamás" "alguien así no se podía morir; es como si la vida misma se hubiera muerto". 

Ambos participaron en Viena durante la época del ultraderechista Joerg Haider, en Gran Hermano: decidieron emular, con una parodia, el reality televisivo, con solicitantes de asilo instalados en una aldea de contenedores. El público podía votar quién se quedaba y quién era expulsado.

Seguramente esto también impulsó las críticas que llovieron después, como aquellas que recibió durante el montaje de Parsifal de Wagner, en donde se le acusó de "racista" . Y recientemente se le criticó acremente por tratar de imponer una cultura elitista europea en Burkina. Schlingensief declaró: -al contrario- se trata de "aprender de África". "Esto no será una cosa bonita al estilo de Bayreuth. Movilizaremos y ayudaremos a la creatividad de la cultura indígena". La creación de esta "aldea de ópera" en Burkina Faso provocó que  se le comparara con Fitzcarraldo, ese otro ser maravilloso, creado por Klaus Kinski bajo la dirección de Werner Herzog.


Y creo en él porque también considero que el arte no es inútil ni debe estar apartado de la vida cotidiana. Arte y vida son intrínsecos. El que su desaparición física haya sido un 21, es evidencia de lo que vino a hacer al mundo, el trabajo que vino a realizar: EN CONTRA DE LA XENOFOBIA, A FAVOR DEL ARTE Y LA TRANSFORMACIÓN, LA CREACIÓN. 

Una ocasión, en una entrevista, cuando le preguntaron si era real eso del partido político que fundó y que por cierto terminó en bancarota, declaró: "Iba en serio. Es cierto que en Alemania nadie se lo creyó, excepto los afiliados. Era un partido para las minorías que forman la mayoría: minusválidos, desempleados..."

 Una premisa fundamental que guiaba los pasos, las obras, las rupturas de Schlingensief puesto que no era un hombre que confrontara por ocurrencias o por hacer reír o por ser aplaudido o aclamado como "un gran artista" mucho menos por complacer instituciones o al medio teatral cinematográfico o del arte contemporáneo,  a pesar de ser uno de los más emblemáticos artistas que ha dado y dará  Alemania,  era, es, puesto que su labor realizada merece darle continuidad, concientizar a Europa de todo lo que le debe a África. Alguna vez declaró que no era nacionalista pero que sí prefería África a Europa.

"África es el continente que paga los platos rotos de muchas cosas. Es el continente a cuya costa disfrutamos nuestra riqueza en Europa y en todo el mundo. Y cuando alguien afirma que en África hay una sociedad que nunca podrá alcanzar nuestro nivel, pues entonces esto es fascistoide".

Quiero extender esta afirmación hasta América Latina, porque también gracias a las riquezas de estos pueblos es que se mantienen los países del Primer Mundo.

En nombre de este maravilloso ser humano que este pasado agosto dejó la tierra en forma corporal para llegar hasta nosotros con los tentáculos del pensamiento que se dispersan y extienden por todo el universo cuando un hombre como él ha sido capaz de existir de ser y de hacer en un mundo tan convulso tan denodadamente acrítico tan complaciente y tan pronto a batir sus palmas. En este momento recuerdo una declaración del poeta Rafael Alberti, no la recuerdo claramente pero decía que cuando se sentaba a ver el televisor  y veía chicas solamente ondeando las caderas le causaba vergüenza. No satanizo la vista ni las caderas ni a los chicos ni a las chicas ni a los grandes ni a las grandes ni a los viejos ni a las viejas. Simplemente comparto esa desesperación de Elfried Jelineke, la gran amiga de Christoph. Tampoco entiendo esta sociedad contemporánea inmersa sólo en el sexo, en el fornicidio desesperado, tal como nos lo cuenta en su libro El deseo.

Quizá porque ya no existen religiones ni políticas ni sueños a dónde asirse. Por esta razón sí que es una infinita pena la desaparición del cuerpo de Schlingensief. A él no le gusta tanto que se hable de él, sino de su trabajo, de combatir el racismo, la discriminación. Para terminar, un fragmento de una declaración emitida por un medio español llamado "Movimiento contra la intolerancia por tod@s un respeto" con motivo del 21 de marzo:


Durante los últimos años se han multiplicado los actos de discriminación y agresión, particularmente contra los inmigrantes y otras minorías, que junto a manifestaciones violentas, derivadas de nacionalismos agresivos y excluyentes, constituyen nuevas expresiones de xenofobia. Los sucesos trágicos en diferentes lugares y el terrorismo son la muestra de esta intolerancia criminal convertida en permanente amenaza.

De igual manera, el desprecio y la violación de los derechos humanos y libertades fundamentales, en particular la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión o de cualesquiera convicciones, suele acompañar a doctrinas de diferenciación o superioridad que son científicamente falsas, moralmente condenables y socialmente, injustas y peligrosas.

Hoy el racismo adopta formas diversas en distintos países aunque el nexo común, alimentado de prejuicios, siempre conlleva discriminación, segregación, rechazo a la cultura y a los valores ajenos, y puede manifestarse en conductas que van desde la negación de derechos y el hostigamiento, hasta la violencia y la limpieza étnica.

La ética de la tolerancia y la educación intercultural junto a la integración social y la garantía de los derechos humanos, son factores necesarios para avanzar en esa lucha permanente para la eliminación de la discriminación racial en favor de la convivencia democrática. Sobre todo, para construir una mundo mejor donde impere el lema:

¡¡ SOLO UNA RAZA, LA RAZA HUMANA!!


 
Lamentando la desaparición física de Christoph Schlingensief (24 de octubre de 1960, Oberhausen -21 de agosto, Berlín)

Trabajaremos para que la vida misma no se muera contigo.

Espero que el cielo sea más bello que aquí. Seguro hay algo más.  Oro por tu existencia.


Tanya Cosío
Septiembre 2010

Para Alicia y el olvido

Alicia, ¿Por qué no recordar tus años infantiles?

Qué ganas de olvidarlo todo
tu primer beso aislado
la mano de tu madre
trenzando tus cabellos.
¿O es a la mano de tu madre
a donde quieres regresar?

Alicia, tus dedos sobre tu boca
invocan al silencio
en esa mueca
todo se pierde
hasta la vida.

Alicia, que la memoria te guarde
que la memoria te aprisione
aquí, entre estas mis palabras
que ahora pretenden colorearse
entre el agua
llenar de rubor tus mejillas
tan rojas como las mías
por la vergüenza de no saberlo todo
de no saber cómo se cura la muerte
ni cómo se olvida el olvido.

Hay algo de bueno en tu olvido
en los hilos que te enredan
no quiero que veas
cómo se estiran estas letras
cómo la palangana de tu corazón
se ha puesto de luto
se ha cortado las yemas de los dedos
y mientras me acaricias con ellos
me derrumbo.

Porque recuerdo
tu casa y tus trinos
tu casa y tu balcón
tus hijos y su risa.
Los chocolates sobre el ropero
la silla en la que trepaba
en la casa de tu madre:
mi abuela Elvira.
A quien tú ya no recuerdas.

         Quisiera darle cuerda al olvido/ alargarte los días/ limpiarte con una franela/ ponerme a cantar contigo/
                                    ya no te puedes ni levantar/ ni mantener tus ojos quietos/venado
                                                                 
                                    /todo lo olvido/todo lo olvido/todo lo olvido/todo lo olvido/todo lo olvido


Mañana no sabrás
mi nombre
como ayer no sabías
el de mi Padre.

Otro mañana
te leeré estas líneas
mientras te cubre la tierra
todo estará humedo/ no sólo el papel
también la tinta las hojas
los días de mi Padre
nuestros días y tus días.

Pero pondré a secarlo todo bajo el Sol.
Dicen
que es bueno para los huesos.