viernes, 12 de agosto de 2011

EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR O EL HADA QUE UN PUEBLO DESESPERADO IMAGINA VER SIN CULPAR A FUENTEOVEJUNA

¿Hacia dónde se dirige este pueblo? ¿A dónde ir, a qué instancias divinas o humanas puede encaminar sus pasos?


Mientras que en Grecia están manifestándose y confrontándose ante las medidas de austeridad, mientras en España están los indignados, en Londres están "los disturbios", en  Chile están peleando por educación gratuita, en México está "el hada". 


Y es justamente en México, un país que entre los que acabo de citar es el más desangrado, con decenas de ejecuciones cada semana como algo cotidiano, con más de cuarenta mil muertos debido a una "guerra" donde se suscita un hecho que ni siquiera pude nombrarse mágico puesto que la figura que se pretendía adorar es tan absurda como esos juguetitos que salen en las máquinas de chicles o en los huevos kinder. Cuánta desesperación puede existir en un país para que lleguen a venerar a un objeto sin ninguna aura de verdad, concientes de la mentira, seguramente, acudían a comprobar que por lo menos las hadas o los duendes todavía quieren a este pueblo. Con qué actitudes puede este pueblo seguir acudiendo a las iglesias a rezar orar o venerar creencias que parece no surten ningún efecto pero que a  pesar de eso siguen acudiendo a cualquier llamado de fe, de esperanza. ¿Qué puede significar la aparición de un "hada" para el bien colectivo? ¿es sólo una cortina de humo? ¿es una forma de medir el nivel de ignorancia o de credibilidad? ¿hay algo tras este intento de engañar a todo un pueblo... y qué es ese algo?  Es lamentable y sumamente triste descubrir lo que originó este hecho: tanto la ignorancia como la desesperación o la manipulación. Queda al descubierto la causa de la violencia en este país. La ignorancia es una flor que se ha alimentado día con día en estas tierras y que ya va rindiendo sus frutos. Ver los programas que se transmiten en la televisión abierta es una pena grande. Hay como un túnel que parece no tener fin y que cada vez se va volviendo más y más oscuro. Pero confío en que al final, como en todo túnel que se digne de serlo, habrá LUZ. Mientras esto se sucede, seguiré viajando a las tierras de la imaginación. Y recuerdo ese cuento del traje nuevo del emperador. Siempre estuvo está y estará desnudo, como este país al que por fin se le corrió el rímel y se le pueden ver los ojos hinchados por el dolor.