domingo, 30 de mayo de 2010

Agarrar nuestras imágenes

Una idea te desgarra como el más exacto de los minuteros, reloj de arena que se rompió y toda la sangre contenida en los dedos cansados de quien tuvo que amontonar toda la arena dentro del vidrio es alud sobre tus pensamientos. Te lleva con su interminable Cu Cu imaginario a pensar en cómo arrancarle a la vida su tibieza, su despertar sobre colchones mullidos o tierra seca pasto o adoquines. Detener su loco transitar que se desborda sobre los días. Un pensamiento te atrae y sonroja, todos los vasos sanguíneos explotan y te miras tan rojo como si una borrachera eterna te hubiera enfermado todos los poros. El espejo siempre devuelve imágenes intactas. Hasta las fotografías son más voluptuosas. Nunca te has sabido reconocer en un espejo. El otro día, en el café, te sentaste justo frente a ese enorme espejo creyendo era alguien con quien podrías conversar. Te sentiste más absurdo y denodadamente neurótico en la espera porque el otro pronunciara una palabra que te hiciera salirte de ti, ir más allá de los cohetes que explotan en cada feria municipal. Ser el torito que luego se desliza en su malignidad hacia las piernas de los que observan, por el puro gusto de quitarles lo contemplativo, lo qué haces tú por aquí. Los dedos te cosquillean como si fueras a recibir dinero, o por lo menos eso dicen en algunos lugares comunes de las familias o amigos. Pero no. Los dedos te punzan porque van sintiendo en la dentadura un arma. Fuiste al dentista para que te arreglara de tal forma que con ell impacto cayeran los dientes en silencio, con cordura, con elegancia coloreada de rojo, de sienes, de lombrices futuras. En fin, esa mala costumbre de equivocarte y ver en los rostros los diálogos que nunca han de nacer. Quisiste por lo menos, a ese de enfrente, mostrarle tu lengua, como en una lucha de pequeños pero de pronto recordaste que ya no tienes sino un muñón. Querías ser como Van Gogh y cortarte una oreja, pero como tú eres escritor tenías que cortarte la lengua. Van Gogh se arrancó la oreja para no escuchar los colores, tú la lengua para no oír tus palabras. Esto es algo que nunca podrás contar y por eso ahora, que te veo aquí, mirándome absorto desde tu ausencia de cuerpo, me sorprendo de que las palabras sean más claras que el espejo, que las fotografías y que cualquier trozo de carne. Que sean ellas quienes puedan intentar recordar el balazo que atravesó todo tu cuerpo en un segundo. No fue todo tu cuerpo y sin embargo tú en las palabras así te miras. Quién fue quien deshizo la carne? la carne alborotada que se lanzó trepidante sobre la bala, o la bala que se puso a bailar dentro de tu boca hasta llegar a todos los sitios de la habitación a través de tus sesos y sangre? Cuántos balazos estarán rezumando ahora mismo por todo el mundo? Un bebé recién nacido creerá que cuanto escucha es música. Es la nueva música que nos habita? al compás de tu balazo me desnudo, me ofrezco a Onán mientras escucho el sonido galopante de un temblor, una tempestad que también se encuera frente a las costas y se entrega como Bacante a los pobladores y construcciones. Al final, lo único que no tiene masa encefálica, es el espejo. Ese espejo que nunca pretendiste atravesar. Ese espejo que jamás dejó de contemplarte como si fueras lo único en el mundo. Por qué a los espejos no les dará por agarrar sus cosas e irse? abandonar como se debe abandonar todo lo que nos mira sin hablarnos de nosotros. Una vez se te ocurrió hablarle al espejo pero ya era muy tarde y el minutero avanzaba de tal forma que presentías podrían seguirte cosquilleando simplemente los dedos y entonces volver a levantarte, caminar, acudir al trabajo y volver a olvidar por qué tuviste que ir a que te hicieran los dedos más diestros, como base de pan que se amasa para ser entregado al repostero. Decidiste no preguntarle nada al espejo y ahora soy yo quien te mira y cuenta, quien te mira y contempla. Pero los espejos no podemos agarrar nuestras cosas e irnos gritando que hay un cadáver en nuestra casa. ¿Por qué los espejos no podemos simplemente agarrar nuestras imágenes, cargarlas como se carga una maleta pequeña de viaje, cerrar la puerta y no regresar?

Aurora

Justo cuando las horas se debilitan, los sueños punzan en su rotor caústico y presientes que a la marioneta que eres le quemaron todos los hilos, aparece como siempre, como la Aurora de rosáceos dedos: la poesía, el teatro, lo que te salva, lo que te empuja, lo que te permite abrir los ojos otro día a pesar del desconsuelo a pesar de no hallar nada en la nada, a pesar de ser ya una nada tan delgada que a fuerza del desgaste se vuelve todavía más clara, más nítida, más alba, hasta desaparecer ante los atónitos ojos del que no mira.

jueves, 13 de mayo de 2010

La Sra. Clinton no tiene razón, tiene razones que sí resuenan pero que no razonan.

La Sra. Clinton no tiene razón. ¿No será que las economías de México, de CentroAmérica, estaban mejorando gracias al narcotráfico? ¿y que eso no le convenía a los países llamados de primer mundo? porque entonces estos países producían y los consumidores, que son mayoritariamente de estos "primeros" países por causas lógicas puesto que tienen mejores nóminas en sus países y por tanto pueden acceder hasta a las drogas, compraban... se generaban fuentes de trabajo en estos "terceros, cuartos, quintos" países y gran parte del dinero que se mueve en el mundo, se inclinaba hacia la balanza de los "pobres países americanos" entonces, la inteligentzia "americana" se puso en alerta. Puesto que las medidas del gobierno se endurecieron, por supuesto la atrocidad de los crímenes también. Puesto que las medidas ahora coronadas con la pretendida Ley de Arizona de los hermanos americanos preocupados por nosotros y nuestros muertos son también cada vez más cruentas, los crímenes son cada vez más terribles. Es ridículo pensar que debido a las desigualdades sociales también propiciadas por ellos, por el FMI, por los tratados de libres comercios, y demás, son las únicas generadoras del narcotráfico. El narcotráfico parece ser el peor fantasma después del comunismo. Tal parece que sólo existen los crímenes de los narcos. ¿Dónde entonces los millones de consumidores? y ni pensar en que apoyen la legalización, puesto que estarían autorizando una economía más libre en estos pueblos. El cuento de había una vez... que nunca ha de terminar. ¿Te cuento el cuento de nunca acabar? ¿La ley de Arizona no es un crimen legalizado? la señora Clinton, NO TIENE RAZÓN.

martes, 11 de mayo de 2010

Helena, Ifigenia y las Ciervas

Helena, sin saberlo, condenó a Ifigenia. Cuántos y cuántas con acciones o palabras provocan tormentas de arena o sacrificios ilícitos o exigencias de los dioses ante el orden resquebrajado. Pero los dioses conmovidos ante la aceptación del destino como convenio para el caos convocado, te convierten en Cierva... cuántas Ciervas andarán trascendiéndose en los caminos?. La sabiduría griega, ah! qué tiempos aquellos en que la dignidad y el coraje no eran llamados locura! qué forma de entregarse al mundo y a todo lo que lo conforma, arcillarlo todo como si todo perteneciera a un des orden completo que al unirse al orden se perfecciona.

lunes, 10 de mayo de 2010

Si alguien quiere agregar su firma a este pronunciamiento

Pronunciamiento de la comunidad académica, artística e intelectual de México por el 35 aniversario

del asesinato del poeta salvadoreño Roque Dalton

Al Presidente de la República de El Salvador, Mauricio Funes

Al pueblo de El Salvador

A la familia Dalton Cañas

A la comunidad académica, artística e intelectual de Latinoamérica y el mundo

Los abajo firmantes, miembros de la comunidad académica, artística e intelectual de México manifestamos nuestra inquietud por la posición que ha asumido el gobierno de El Salvador con respecto a la memoria del poeta salvadoreño Roque Dalton, al cumplirse 35 años de su asesinato.

Las últimas noticias nos informan del nombramiento de Jorge Meléndez como director de protección Civil de El Salvador, lo cual nos alarma de sobremanera, ya que el presidente Mauricio Funes obvia u olvida que Meléndez, mejor conocido como “Jonás” en la época que perteneció al Ejército Revolucionario Popular, fue uno de los miembros de la dirección de este ejército guerrillero que dio la orden, junto a Joaquín Villalobos y Alejandro Rivas Mira de ejecutar al poeta Roque Dalton.

Consideramos que esta actitud enturbia la posibilidad de enaltecer la memoria del poeta. Sostenemos que la mejor manera de honrar la memoria de Roque Dalton al cumplirse 35 años de su asesinato no es con homenajes de pompa y platillo sino enjuiciando y procesando a sus asesinos confesos. Sostenemos que la democracia en El Salvador no será posible hasta que se esclarezcan los crímenes que ensombrecen el pasado y la memoria de esta nación hermana. Respaldamos a la familia Dalton Cañas en la exigencia que hacen al presidente Mauricio Funes para la renuncia inmediata de Jorge Meléndez de la dirección de Protección Civil, y exigimos, desde México, el esclarecimiento de los crímenes contra el poeta Roque Dalton, Monseñor Óscar Arnulfo Romero, y los mártires de la UCA.

Porque el hermano pueblo salvadoreño merece construir su presente y su democracia honrando su memoria histórica con justicia:

Firman

Leonardo Iván Martínez, Iván Cruz Osorio,

(las personas que quieran suscribir la carta escriban al siguiente correo: unlibrorojopararoque@yahoo.com.mx )

Les agradecería si reenvían este mensaje a todos sus contactos. Tenemos hasta el ´dia miércoles pues busvcaremos hacerlo público el día 14 que se cumplen 70 del natalicio del poeta.

Gracias por su Solidaridad.

Leonardo Iván Martínez e Iván Cruz Osorio

domingo, 2 de mayo de 2010

Del Canto de la Negra o Diosa Negra

(Jane Avril) para Rebeca Maldonado y Paulina Rivero Weber
Hay un in pace. Un silencio. Un incendio que parece no se terminará nunca. Hay un: arráncame el cuerpo porque la vida ya no camina y me engaña diciéndome que no me soy laberinto. Que el Minotauro no existe. Y me doy de bruces me doy de cruces contra la verdad. Contra la pared de cada uno de los lados que me fortifican que me enlazan me dictan. Estoy llena de llaves. Cada llave, cada vuelta, abre puertas de casas que no conozco. Me he quedado paria. Parida como aquel niño que nació pez y fue arrojado a las calles. Colecciono mi propio perfume. Mi propio darme en cada asesinato que perpetro contra mi cuerpo en cada negro espacio que se abre para dejar de mirarme y arrojarme con los ojos vendados a romper piñatas que un día se derramaron sobre mi cuerpo como si fueran cataratas. Un lamer hígados y retinas que revientan como globos sin fiesta. De niñas nos enseñan a recatarnos. Yo bailaba can-can y enseñaba los calzones rojos y floridos la liga que ensalzaba mis piernas y mi lunar más ennegrecido frente a la boca como si me mirara Toulouse Lautrec. De pequeñas nos piden que cerremos las piernas. Si las cerramos la humanidad se acaba. Hay que abrirlas, hay que abrirnos solas y dejar que entren que salgan que se conmocionen y se levanten. Hay que hacer con nuestros cuerpos miles de Lázaros. Hay que unirnos las negras y hacer una revolución con el vacío al que hemos sido arrojadas de tanto amarnos amasiarnos perpetrarnos con la palabra la imagen y el pensamiento. Que este transitar no sea sólo fuego sino también agua. Hay que arrojar la sangre de nuestras menstruaciones al mar, a los lagos, para que se nazcan miles de hijitos sangre de hembras que de tanto ser blancas se volvieron oscuras. Nuestro paso, pies de tierna carne que se arroja sobre las brasas. No por eso deja de ser canto. Que se crucifiquen las que ya no sirven para la vida. Las que tienen cinco o diez o veinte o cuarenta o sesenta o cien años y no han sabido partirse la boca contra las banquetas de la imaginación.