Es una pena grandísima que una de las mejores promotoras de la lectura, del libro, y de las más sensibles sino es que la única funcionaria actual que existe en la Ciudad de México que realmente se dedica a la difusión de la obra de escritores actuales y su acercamiento hacia los lectores haya sido expulsada de una forma tan arbitraria. La señora Elena Cepeda únicamente se pasea por los eventos y sale en la foto. Yo misma he tenido que padecer en el programa de fomento a la lectura el que nuestros pagos tarden hasta cinco meses. Y siempre es Paloma Sáiz quien ha tenido que dar la cara. Este programa incluye lecturas y libros en el metro, en prepas de la Ciudad de México, en hospitales, a policías y bomberos, a ciegos, un esfuerzo verdaderamente monumental. Por cierto, dos de estos programas ya han sido cerrados por causas poco claras, en definitiva sólo por el rechazo que a la Señora Elena Cepeda le causa el que alguien trabaje. Están acostumbrados en las dependencias gubernamentales a simplemente cumplir con horarios, fotos, entrevistas, declaraciones, y cuando alguien trabaja y trabaja bien, como Paloma Sáiz, es lógico que causa rechazo puesto que en un país autocomplaciente entre los poderosos (o que se creen poderosos), es costumbre vincularse entre ellos y hacer como que hacen y no buscar incidir en la población ni hacer más de lo permitido ni nada que aparentemente no brille ni se note. Es realmente reprobable y una gran vergüenza que en una ciudad que se dice gobernada por la izquierda sucedan estos atropellos. En definitiva tal parece que a ninguno de los partidos que actualmente detentan el poder en este país le interesa nada ni nadie que tenga que ver con el arte y la cultura. Por lo tanto, no les interesa el crecimiento sensible ni intelectual de su población. Por lo tanto, tendremos que acostumbrarnos tal parece a los asesinatos cotidianos, secuestros, violaciones continuas de los derechos humanos y la falta de respeto hacia todo aquello que signifique creación, cultura, conciencia o amor a la humanidad. Ojalá Marcelo Ebrard se sensibilize hacia toda la gran población que conformamos los trabajadores del arte y la cultura en esta ciudad y designe a alguien verdaderamente capacitad@ para la Secretaría de Cultura puesto que vienen los tan manoseados festejos del bicentenario en donde por cierto, a como están las cosas, poco habría que festejar pero entonces tendremos que recetarnos únicamente grandes espectáculos en el zócalo para entretener a la población y mantenerla a raya bailoteando o agradeciendo sus grandes eventos gratuitos pero que en nada inciden ni transforman. Un pueblo sensible que quieren convertir en un mono ridículo. En los hospitales generales de la Ciudad de México he descubierto seres muy sensibles e inteligentes tanto entre el personal como entre los hospitalizados que nada tienen que ver con lo que consideran los gobernantes. En definitiva no creo que este pueblo tenga el gobierno que se merece.
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