domingo, 25 de octubre de 2009

Ola

He vuelto a mi y a mis dibujos. He vuelto a mí como quien regresa a una casa abandonada que aún huele a naftalina. He regresado con mis pasos más llenos, más pletórica de desdichas y felicidades. He regresado. Y mi corazón arrebatado en delirios de amores me aplaude delirante. Mi cuerpo estremecido se ama tanto a sí mismo que temo se enamoren alma y cuerpo buscando la muerte para fundirse. Me apresuro en el hálito de vida para otorgarle dulce luz a mis días para que el ancho mar-mundo que me corresponde se vea tornasolado y todos mis otros yo enamorados sigan con vida. Siempre es necesario asesinar algo. El olor a muerte va venciendo nuestras resistencias. Hay que acabar con todo cuanto sea necesario. Para no asesinar al alma. Para cantar entornados en el hilo-carretera-abismo-cielo que Dios nos ha concedido.

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