miércoles, 16 de septiembre de 2009

¿Qué festejamos: los decapitados o al presidente de los impuestos? (porque no del empleo, por cierto)

Los mexicanos son tan extraños y nosotros con alegría nos hemos despertado descubriendo que no somos nacionalistas ni patrioteros. Un país que ya casi parece costras festejando: eso ya no es surrealista, es decadente. Y la decadencia también tiene su encanto. Un país de horror, de un humor negro decantado: bailando no sólo sobre la imagen de la muerte y las calaveritas de azúcar: bailando sobre los decapitados, bailando sobre los impuestos que cada vez son más y más sonoros y que nos atañen a todos. No sólo a unos cuantos millones, a todos, a todos esos millones que nos somos. ¿En qué momento nos asesinaron el sueño? me pregunto: ¿en qué momento realmente nos vencieron? esos mexicanos bravos que marchaban, que gritaban, que pedían "sus derechos" dónde quedaron, dónde nos quedamos, en qué parada un autobús viejo y herido ya no pasó más? un tranvía perdido entre las extensiones y llanuras de esta aún hermosa tierra nos viaja en sus entrañas recorriendo laderas que no se acercan hacia la miserable luz eléctrica que ilumina a los diputados, senadores, gobernadores, presidentes. Un mensaje que me enviaron desde Guerrero diciendo que nadie fuera a festejar a los zócalos, que dejaran a los gobernantes solos, porque así se divierten a diario con sus dineros bien ganados sobre las cabecitas y cabezonas de ganado que somos en este pueblo alegre a fuerza de hacerse un tajo en el rostro "el hombre feliz". Me conmovió porque cuando puse en el buscador: clima de Chilpancingo apareció una cabeza enorme de un hombre que deberían mejor comérselo, aderezar el pozole estilo Guerrero con una cabeza así. Me recuerda el cuento de Swift donde propone engordar a todos los niños de la calle y darlos a comer a los nobles, a los ricos en este caso. Qué bien que comerían miles, cientos (para no exagerar) de mexicanos carne humana bien aderezada de los otros millones y millones (sin exagerar) de mexicanos. Casi lo hacen así. Pero sería más elegante. En grandes mesas de grandes comilonas comerse a los millones de pobres. Así nadie sufre y todos gozan. El hedonismo predominante entre unos cuantos se vería coronado por las sutilezas de la carne. Claro, bien desinfectada y hervida. Sería más decente que los gobernantes en sus grandes fiestas barbáricas comieran a unos y unas cuantas. De paso se combatiría ferozmente la pobreza, menos pobres, menos pobreza. En fin. El pueblo... "la ciudadanía" sigue festejando la libertad... de morirse de hambre. Y eso ya es un privilegio ¿eh? un fragmento del poema que estoy escribiendo,
COATLICUE

En estas tierras se matan de coche a coche

En estas tierras se matan sólo por su encomienda

Sólo por su gran imperio: el dinero

En estas tierras de pobres rotos embravecidos bravucones

Los chóferes de autobuses urbanos andan como poseídos

se estrellan, se arrojan, se envalentonan y de puerta a puerta

se colisionan, atropellan, se mientan las madres, se golpean.

En estas tierras la vida no vale nada alguien se los metió en la cabeza

no es por valientes ni porque nada les importe sino porque nada tienen

como nada tienen más vale tirarse, arrojarse al estercolero que es su vida.

En estas tierras las matas crecen grande, tan grande como el cuento

Donde el niño se trepaba para ir al gigante y así los niños de por acá

Se trepan hasta llegar a los gringos.

Los gringos no son los culpables de todo ni siquiera de nada

No hay culpables, un pueblo de vencidos va a donde el vencedor

El vencedor del momento tiene la obligación de seguir venciendo

Y así a un pueblo de vencidos le gusta vivir donde viven los que vencen.

Este es un pueblo que a base de hipar por el maguey

Se volvió un hipo contrito, un continuo limpiarse los mocos

un continuo estirar la pata, otros la mano.

Los de adelante corren mucho y los de atrás se quedarán

País de los olvidados sin saber Buñuel que también su sangre corría

Entre esas venas de fracasados de penetrados de gustados.

En este país las mujeres se sacan las tripas solas y luego se violan

En este país el propio pueblo de fracasados se roba y luego se culpa

En este país no hay quien mate a los que de veras roban

Porque en este país los únicos que matan son ellos

Que luego se disfrazan de bueno.

Este país de revolucionarios ya se cansó

Este país que en el mundo existe por sus ajúas y sus gritos despechados

Ya se acabó.

Ni un minuto de gracia le concedieron.

En sus autobuses los hombres y mujeres apenas pueden con sus espaldas

Se les vienen encima sobre los ojos que a fuerza de querer abrirlos se les cerraron.

Ah, qué país del Indio Fernández de María Félix y Dolores del Río

Todos los países un día se acaban y este ya se acabó.

Pa´ que luchar por un país que no existe, y quizá, como dicen las buenas lenguas

Nunca existió.

Por eso era surrealista porque era una invención.

Quienes inventaron este país ya murieron

Y el que se muere apesta y hay que enterrarlo

Ese país de hombres y mujeres de Adelitas

Fue una película y las películas se acaban

En algún momento el público se cansa

Y se va a dormir.

Y así este pueblo se ha ido a dormir

Y así ha dejado de existir porque

Cuando el canto se cansa y se va a dormir

Un nuevo sueño se avecina y el otro sueño se acabó

Quizá quede un pequeño rescoldo del recuerdo

Pero los sueños se continúan y ni aún muerto se acaban

Pero cuando se deja de soñar entonces no hay Emperador

Ni Dios ni Rey ni Hacienda que los contenga.

Este pueblo de tanto querer los ojos abiertos

Se los acribillaron, como semilla al polvo

Ya no pueden engendrar más retinas

Nada fragmenta la luz todo se viene como mar enloquecido

Y así también se va

Y este pueblo se ha ido de aquí ya no queda sino el dormirse plácido.

Aquí la CIA y la AFI son la misma

Aquí los emperadores mesmamente hace mucho tiempo

Son los mismos y al emperador hay que rendirle condición

Hay que pedirle derechos pero para eso hay que reconocerlo

Y entonces los mexicanos fueron y los reconocieron

En la cama se encontraron y ahora son los involucrados en el juicio

Y entonces todos se quisieron y fornicaron y comieron chocolates

Y toda su depresión acabó y todo su país se entregó

Y ellos, buena enmienda tlaxcalteca

Como buenos salvajes se siguen entregando

A todos los que pasan a todos los que se arrimen.

México es una puta y abre las piernas ante el mejor postor

Todos abrimos la boca para tragarnos la sangre de la penetración.

México es una gran ramera que se cree guerrillera.

México no es la única puta que se vuelve santa.

México apesta porque es una entera piedra de sacrificio y los nuevos sacerdotes

Ya no traen largos cabellos enredados de sangre sino trajes de primera calidad y

Puños blancos los enloquecidos vencedores sólo traen el mazo y bomba

Para destrozar a quien se oponga.

La CIA el AFI y las siglas son iguales porque son el Emperador.

México es una gran ramera enloquecida

Madre encontrada y nunca perdida y sin embargo recuperada

En estado de inanición y peyote te glorificamos

Madre aguerrida y guerrera que guerrea sin asustarse

Que sabe las guerras son purificación de la tierra

Que mayores males hacemos sobre ella que el matarnos.

Protégenos de esos mayores males de creer

Que estar aquí y orar es lo verdadero.

Protégenos de esas sotanas y comilonas

protégenos de las mentiras

De los milagros que se cuelgan

Protégenos de creer que hablamos con Dios

Porque mayores males tenemos que hablar con Él.

Dulce y terrible Coatlicue endúlzanos con tu sangre

Arranca el hilo de la mentira

Y sal de la lux para que nosotros podamos verte.

Madre concebida en la matriz purulenta del asesinato vil

Madre que el sacrificio se va en tus ojos

Madre que tus serpientes enroscadas

nos enredan como cordón umbilical.

Madre, no aprietes tanto el cordón, nos asfixiamos.

Cómo pedirle tanto al pueblo de México

Si viene de dos pueblos salvajísimos:

El español, con todo su delirio moro y ancestral

El indígena, con todo su delirio rojo y verde

Qué puede provenir de suma tal?

Un pueblo de salvajes, un pueblo mexicano

Resumido en muertos por doquier

Un pueblo donde los gobernantes se creen

Tlatoanis, emperadores y virreyes

En servicio a un imperio, en servicio al rey

Un pueblo que a fuerza de perder

Se volvió de vencidos

“los agachados” no sólo los de manta

sino los empresarios, los ricos de abolengo embravecidos

por tener apellidos que resuenan pero haber nacido en México

México, país de alcahuetas, de mujeres que ya no quieren parir

Para no ser pateadas, burladas por sus hombres de continuo

El hombre en estas tierras nació para engañar y ser querido

Aquí hasta las muertas de Juárez se violan solas y se sacan las tripas

Aquí ni siquiera es el comendador sino que es la encomienda.

Enséñanos a leer el reloj verdadero y muéstranos el camino a seguir.

Que nuestras oraciones y almas se vean enriquecidas siempre

Con otras lenguas

No permitas que el pensamiento ande tan libre que se desquicie

Funda un templo para el silencio en donde podamos escucharte

No olvides a estos tus compañeros amados que desde aquí te adoramos

Esperando tu esencia de mujer derrames sobre nuestras cabezas

Nos bañes con la sabiduría del orden que aún no conocemos

Nos persigas y rescates a cada uno que por ti esperamos

Que a ti conocemos y por ti vivimos

Para que tus manos vuelvan a tocar estas cabezas apesadumbradas

De tanto llorar y aunque tu risa sea sangre y con ella engalanes tus dientes

Venga ya la hora en que estés con nosotros en otra lengua y espacio

Pero siempre rodeándonos con tu candor y pureza

Que hace ensoberbecerse a las estrellas por acompañarte

Y en nuestra hora nos guardes y ayudes Madre buena

Que la lluvia te ayude a correr sobre nosotros.

El curso del pasar del tiempo bañe su reloj con tus ojos

Y nos veas limpios como siempre hemos estado

Ante tus ojos de limpia y no escandalosa ni adolorida sangre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario