domingo, 15 de mayo de 2016

Jinetes

Siempre creí que era el sino quien me llevaba y traía de un sitio al otro, pero debo confesar que en algún momento pensé que eran aquellas vueltas que daba cada fin de año. Mi abuela nos dijo que si queríamos viajar, en año nuevo teníamos que salir corriendo con una maleta. Así que salíamos, y yo daba vueltas y vueltas alrededor de cada coche que me encontraba, corría por las calles enloquecida. Quería viajar. Hace tres años, cuando regresé a vivir a Guadalajara, pensé que quizá si hubiera corrido por todo el barrio, ir a Zapopan, Tonalá, Tlaquepaque, mínimo a Zapotlán el Grande, no me hubiera visto en la necesidad de retornar a Jalisco. Me la pasaba de la Ciudad de México a Chiapas, de nuevo Guadalajara, y de nuevo Chiapas, y así. Con la corta excepción Francia y España, en general circulaba por la trilogía fantástica.
Hasta que apareció Monterrey. Es ahora donde compruebo que sí es el sino. Jamás soñé con vivir en la Región Norte de México. Si acaso conocer Chihuahua, tierra rarámuri que básica y paradójicamente me interesaba por un francés: Antonin Artaud. ¿Pero Nuevo León? nunca. Vine hace años por un par de días, no encontré nada que hubiera perdido ni perdí nada que hubiera obtenido. Así que no me pude imaginar que mis pasos pudieran cruzar por esta tierra. Hace mucho tiempo, cuando me enteré de que Pedro Garfias murió en Monterrey me parecía una cosa tan extraña que eligiera una tierra inhóspita para vivir y abandonar los huesos. 
Desde el sitio donde vivo puedo contemplar el Cerro de la Silla y me parece tan difícil de montar! creo que así es esta ciudad. Todo es tan imposible y tan grande que casi te asfixia. ¿Será que estas tierras estaban hechas para no ser habitadas?  el destino nos trajo aquí a mi hija y a mí, y estoy dispuesta a desentrañar las razones o la sinrazón que siempre ha caracterizado mis vueltas por las ciudades como si anduviera en año nuevo entre los autos del barrio de mi abuela. Por lo pronto, en todos los lugares encuentras seres entrañables y aquí ya encontramos unos cuantos. Además llueve en tiempos que me decían serían muy calurosos. En este momento me siento en la trilogía fantástica más uno. Creo que vamos avanzando. Espero pronto poder decir que la ciudad tiene nuevos jinetes y que son mujeres.





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