domingo, 14 de noviembre de 2010

Erika Janunger y Tanizaki



Como ignoro todo lo relativo a la física teórica, en este caso no hago sino dejar correr mi imaginación; en cuanto a los descubrimientos de orden práctico, si los japoneses hubiéramos seguido direcciones originales, las repercusiones en nuestra manera de vestir, de alimentarnos y de vivir, habrían sido sin duda considerables, lo cual es lógico, pero también lo habrían sido en las estructuras políticas, religiosas, artísticas y económicas; y se puede fácilmente imaginar, siendo como es Occidente, que habríamos encontrado soluciones radicalmente diferentes.
He aquí un ejemplo muy simple. He publicado en los Bungei-Shunju un artículo en el que comparaba la estilográfica y el pincel; pues bien, supongamos que el inventor de la estilográfica hubiera sido un japonés o un chino de otra época. Es evidente que no habría dotado a su punta de una plumilla metálica sino de un pincel. Y que lo que habría intentado que bajara del depósito hasta las cuerdas del pincel no sería tinta azul sino algún tipo de líquido parecido a la tinta china. Por lo tanto, como los papeles de tipo occidental no sirven para el uso del pincel, para responder a la creciente demanda se tendría que producir una cantidad industrial de papel análogo al papel japonés, una especie de hanshi mejorado, y si el papel, la tinta china y el pincel hubieran seguido este desarrollo, la pluma metálica y la tinta occidental nunca habrían conocido su auge actual, los partidarios de los caracteres latinos no habrían tenido ningún eco y los ideogramas o los kana habrían gozado de un unánime y poderoso favor. Pero esto no es todo: nuestro pensamiento y nuestra propia literatura no habrían imitado tan servilmente a Occidente y ¿quién sabe? probablemente nos habríamos encaminado hacia un mundo nuevo completamente original. Con esta digresión he querido mostrar que la forma de un instrumento aparentemente insignificante puede tener repercusiones infinitas.

Tanizaki

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