Es cosa curiosa, siempre me ha gustado verme como mi propio experimento, pero jamás imaginé que un simple cambio en el color del cabello pudiera hacer tanto. Como ya casi llego a la etapa final de esto puedo hablarlo. Son sorprendentes los juicios y determinaciones que pueden nacer a partir del color del cabello con el cual se colorea o se desdibuja una persona. El hecho de haberme puesto de güera causó aseveraciones del tipo: "eres otra, has dejado de ser tú" como si alguien en algún momento tuviera la menor idea de quién soy. Si así es pediría que por favor me lo hagan saber. Porque sigo haciendo performances eternos con mi vida y obra... ja,jaaaaaa!!! y ni así puedo terminar de saber quién soy. Y si dejé de ser yo sólo por un color... qué fortuna!!! siempre he querido ser "el otro" "otra" Je est un autre. En un antro, un chavo me dijo, casi asustado: "eres la primera güera que conozco que piensa". Después de haberme contado sobre su padre que soñaba con ser pintor y que había estudiado en La Sorbona, pero que tuvo que dejar la carrera para "no morirse de hambre", pero que en su casa, tienen una gran colección de pinturas. Estaba convencido de que me tenía que ir con él. Eso sí, no supe si quería que me fuera con él porque era la única güera que pensaba o simplemente por ser güera. Por supuesto, hay güeras de verdad, no güeras vodka (un término vulgar pero divertido que me dijo mi hermano: el cabello güero pero el coño negro... "oso negro"). Ah, porque además de ser güera me inserté en el mundo de los antros... un amigo me dijo un día: a mí se me hace que tú nomás nos estás estudiando, verdad? y no son tan diferentes los unos mundos de los otros mundos, la única diferencia es que no hay sino las diferencias que habitan en el mundo del pensamiento. Están tan cerca que dan miedo. En ambos mundos me juzgaron por ser güera. Los hombres en los antros por supuesto me decían que casi no me entendían. Algo así como: sí, güerita... pero cállate y ven conmigo. Yo te voy a enseñar lo que es la vida. "El famoso mete saca" del que hablaba Kubrick. Y del otro lado, algo así como: ¿piensa? ¿miente? "cambió mucho". Ja,jaaaaaa!!! Ah! y descubrí un gran descubrimiento: que soy como el río: nunca soy el mismo. La misma. Lo que sí me parecería un gran y terrible descubrimiento sería que todos fueran siempre el mismo. Yo no sé quién soy. Pretendo saberlo cada día. Por eso me enredo entre sucesos, lo que fui y lo que no y lo que hubiera querido ser y lo que soy. No quiero ni pido que me entiendan ni que me crean. No soy un santo ni soy Dios. Si acaso, una Diosa... Blanca, como Laura Riding... ja,jaaaaa!!! ya en serio, me sorprende la capacidad de juzgar a los otros. A las otras. Simplemente, una güera pintada no piensa, una güera es superficial por ende, una güera es una vergüenza para su raza latinoamericana. Si Marilyn Monroe no hubiera cambiado el color del cabello con el que nació, otra sería su historia. La hubieran apreciado, le hubieran permitido realmente ser actriz... claro, la hubieran admirado también como la mujer guapísima que era. ¿Al ser rubia pudieron convertirla más fácilmente en el símbolo sexual por excelencia y en la tonta de Hollywood?. En cambio, si tantas actrices de telenovelas se pintaran el cabello de otro color, y dejaran de ser güeras, dejarían de ser "actrices". Pero bueno, este es el divertido mundo de las apariencias. A quién le interesa explorar dentro del corazón o pensamiento de una güera si pueden explorar dentro de sus vaginas. ¡Pobres güeras! de ahora en adelante me solidarizo con su causa, aunque sean... "blondeoursnoire"
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