De sueños y pesadillas despertaba continua. Hasta que un día dejó de sucederse. Recuerdo a Proust: "¿por qué despertar en el mismo que era en la víspera, siendo que hay tantos millones de seres que uno podría ser?" y sin apenas saberlo fui despertándome otra. Cada día cuestionaba a la otra lo que era y había dejado de ser. Decidí que vayan a peldaños y oscuros túneles que se abisman o las proyectan en otros sitios. Entre campiñas o enormes bosques incendiados o claros. Que se hundan en lagunas, mares, o en una tina de baño. La coherencia siempre ha sido un valor que he cuestionado. Lo he dejado de hacer. Ya no me preguntó si existe o no coherencia en lo que son las que soy. En ocasiones no llegan a ser ni soy. Un otro ser humano me atisba y le habito sin apenas reconocerle. Llega una nueva víspera donde no hay Píramo que responda a la Tisbe que soy hablando al muro. Sin embargo la otra Tisbe en la que me convertiré o soy, responde. Y de nuevo sueño. Luego pesadillas. No soy la que era ni dejaré de ser quien fui puesto que cada día soy un nuevo ser que se habita. Y sueña.
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