I
Las sociedades actuales se han despojado de tal forma de lo sagrado, de lo místico y mágico, que han provocado como consecuencia, que gran parte de la población busque de una forma desesperada y absurda alguien, algo, o qué, para afirmarse como seres humanos. Las manifestaciones místicas, la búsqueda de lo sagrado, ahora es casi folklore en la mayoría de los países. Estar iluminado en tiempos actuales tal parece es ridículo. Es más interesante hablar de la iluminación de un mall o de una calle llena de focos y lámparas. Además, la gente en general ha dejado de alumbrarse con velas. No lo digo porque del pabilo de la cera dependa la Iluminación, sino por disfrutar otro tipo de luz externa. El culto a la iluminación de la corriente eléctrica es vergonzoso. ¡Con lo hermoso que son las sombras, con la fragilidad con que descienden las tardes o ascienden los días sobre cada perímetro de la Tierra!. El desconocimiento humano hacia todo aquello que nos rodea y rige todavía nos permite concederle espacio a lo sagrado. Y no hablo de las religiones que sólo mutilan y execran que son diques o anclas para el pensamiento y sensibilidad. Tanto daño le hacen las religiones al mundo como la contaminación a los peces del mar. Las religiones me parecen algo tan absurdo como si por mero gusto se arrojaran petróleo a los ojos las ballenas y delfines. Quizá algunos, suicidas por naturaleza, lo hacen, pero en general creo que son más inteligentes. Pero los seres humanos se congregan en cultos sectas grupos donde se reúnen para compartir los pedazos de lo sagrado que quedaron como si fueran los restos del muro de Berlín. El culto a la ignorancia es aún más grave. Es de buen gusto decir que no te gusta leer. En tiempos antiguos, seguramente era común escuchar que la mayoría de la población no leía puesto que eran pocos los alfabetizados. En tiempos actuales los analfabetas funcionales hacen girar al mundo. Claro, en cada vuelta se cae resbala estrella y provoca hoyos negros pero continúan con todos sus títulos y papelitos que confirman se desvelaron intentando aprender lo que nunca aprehendieron. Y estos son quienes a su vez, con el tiempo, enseñarán a los siguientes animalitos humanos para que se venden manos y pies y se echen pegamento entre los párpados hasta quedar mutilados para entrar en un mundo que ni los necesita ni necesitan puesto que lo falso nunca será indispensable.
II
Permito que descienda un poco de respiración ancestral, enciendo velas como si fuera el camino de un muerto. Me despojo de vestiduras y camino desnuda hacia el altar de días y noches. Con la fragilidad natural de mi alma, con el temblor del gran desconocimiento que aún poseo sobre vida y muerte. Dejo que mis manos tejan lo que quieran. Dejo que mi cuerpo espere o deje de esperar. Que tome o se tome a sí mismo bebiéndose recuerdos presentes y futuros. Acomodo mi cabeza sobre la Madre Tierra que ella es más sabia para guía. Que conoce más que todo lo que yo pretenda conocer en una vida o vida y media o cien vidas con sus muertes. En ningún libro está escrito el suficiente silencio en ninguno los gritos suficientes. Entro a la laguna que espera y brilla como una estrella recién nacida. Su fulgor aún no es visible para mis ojos. Acerco mi respiración a la del Aire. Salgo en Fuego disparada. Entro de nuevo al Agua.
III
Escucho el latir iniciático entre mi pecho como si se tratara de un pajarito que cayó del nido de un árbol enorme. Lo estrecho contra mi piel mientras subo por el tronco. De nuevo Soy. Vuelvo a Ser. Todo el mundo late con mi presencia y yo me vuelvo un solo latir con lo externo.
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